4 mar 2012

Paradojas de odio


Paradojas de odio
capitulo 2:
Una llamada del más allá


13 de noviembre del 2024 12:15pm.

El sonido del televisor podía escucharse por todo el departamento, un robo había acontecido el día anterior, alrededor de las 9 de la mañana un grupo de personas armadas había entrado en el palacio de Bukingham al parecer eran 5 personas las del atentado, lo extraño de este robo es que no habían robado nada, ni dinero ni joyas, todo había quedado exactamente igual.

Roger se encontraba frente al televisor escuchando la noticia sobre el robo que el y sus amigos habían efectuado podía verse una expresión de satisfacción en su rostro, las cosas marchaban como lo habían planeado, las incompetentes autoridades no notaron la ausencia de un pequeño adorno en la puerta de la habitación de la reina.

Roger era un terrorista inusual, sus atentados eran con motivos diferentes a los de cualquier terrorista normal siempre eran extravagantes y arriesgados, siempre tratando que las autoridades lo atrapasen haciendo las cosas abiertamente, iban de la mano con su infinita seguridad y confianza en si mismo. Era un chico listo que decidió después de la muerte de Osama Bin Laden convertirse en su sucesor. Su patrón de conducta era difícil de determinar, sus ataques nunca concordaban con el significado de la organización y jamas tenían coherencia entre si, pareciera que simplemente hacia las cosas al azar para llamar la atención.



-Esto comienza a ser aburrido- dijo Roger

-No hacemos esto por diversión pequeño- respondio Meredith con tono severo.

-Tienes razón, de cualquier manera ya he encontrado algo para divertirme, mira- Roger alzo una de las mangas de su chaqueta carmesí y dejo ver una extraña marca de color rojizo que dejó a todos perplejos- Meredith, Richard, Lana, Hector, he sido seleccionado por los dioses para cumplir una tarea; asesinar a todos los humanos que, como yo, posean esta marca y necesito su ayuda para cumplirlo, si me rehuso moriré por eso les ruego me ayuden una vez más-

-Estas loco- Gritarón los 5 al unisono y echaron a reír fuertemente.

-Debes estar demente si crees que podemos creer en esas historias tontas- dijo Lana.
Roger quien estaba sentado en un pequeño sillón al sur de la habitación se levanto rápidamente y saco una pequeña navaja de su bolsillo dirigiéndola velozmente al cuello de Lana, en un abirr y cerrar de ojos la chica estaba en el suelo sangrando, sin poder gritar, solo retorciéndose de un dolor atroz. Los demas quedaron paralizados por la repentina traición.
-!No olviden quien dirige las cosas y a quien le deben la vida! Yo les di la oportunidad de seguir y tambien puedo quitársela, traté de hacer las cosas amablemente pero eso no significa que no pueda usar la fuerza si la situación lo amerita- Grito Roger en tono autoritario.
-Eres muy malo fingiendo ser el ogro de la historia- dijo Meredith- levantantate Lana y deja de fingir ninguno de los que están aquí se dejaría engañar por algo tan evidente.
Lana se levanto del suelo y haciendo presión con uno de sus dedos detuvo la hemorragia.
-Jamas me dejas divertirme Meredith, por esa razón necesito su ayuda, las cosas serian muy aburridas si hago esto solo- gruño Roger.
-Muy bien, te ayudaremos pero, sera mejor que haya alguna recompensa de por medio ¿Me oíste?- Sentenció Richard.
-Claro que la habrá, aunque tardaremos un poco en obtenerla, son mil personas las que poseen esta marca y están distribuidas en todo el mundo, solo sera cuestión de tiempo de todas maneras-Dijo Lana.
-Ahora debemos partir hacia América el vuelo saldrá en 15 minutos, ya he comprado los boletos, les explicaré mas detalles en el camino- Apresuró Roger.

Los 5 salieron del departamento con dirección al aeropuerto, una extraña confusión reinaba en la mente de Meredith, Richard y Hector pero a la vez sentían excitación y curiosidad por saber que estaba detras de esta extraña tarea, en cambio Roger y Lana se sentían muy seguros ignorando lo que planeaba el otro, sentándose justo alado aparentando confianza y camaradería sonriendo hipócritamente mientras sus corazones sangraban odio y avaricia.

13 de noviembre del 2024 12:00 pm.
El sonido del televisor resonaba en todo el departamento que falto de muebles se encontraba, la soledad de Hana se veía representada en su cuarto. Un lugar que alguna véz estuvo lleno de bellos recuerdos y de increibles excitaciones ahora estaba opacado por el dolor que había dejado atrás la muerte de su hermano.
Ella estaba sentada en posición fetal en una de las esquinas. En las noticas solo daban informes de clima y de economía. Hana había renunciado a su trabajo, en su mente ya no le importaba vivir de la misma forma que una vez había hecho. Tan solo un día había pasado pero ella ya había perdido la noción del tiempo.

El timbre sonó una vez, pero al no levantarse a abrir la puerta volvió a sonar indefinidamente en un desesperado intento para que abrieran.
-¡Hana por favor abreme!- Se oia la voz de una mujer madura.
-¿Shiki, eres tu?- Contestó ahogadamente Hana- Hay una llave encima del marco de la puerta, tómala-
El picaporte se agitó un poco, giró y la puerta se abrió.
-¡Prima!¿Que ha pasado, es cierto lo de Hoshi?- Preguntó Shiki temblorosa
Hana asintió con la cabeza y Shiki la abrazó con firmeza y comenzaron a llorar. Así estuvieron unos minutos, hasta que Shiki volvió a hablar.
-Mi tía quiere que vayamos a América-
-¿Mi madre?- Pregunto Hana.
-Sí, no quiere estés sola de nuevo-
-Shiki- Hana no pudo contener de nuevo el llanto- Fue mi culpa, él... él no hubiera muerto si no nos hubiesemos peleado la noche anterior. ¡Y ahora se ha ido, y solo me queda..!-
-¡Aun nos tienes a nosotros Hana, a tu familia!- La interrumpió Shiki- Y juntos superaremos esto.

Shiki tomó la mano de Hana y al ver el interior se su muñeca se percató de una extraña marca.
-¡Hana!- grito Shiki- ¿Esto es?
-No lo se- contestó Hana entre sollozos- Apareció después de que tuve ese sueño en el que un tipo llamado...-
-Ago...- Completó Shiki.
-Sí pero ¿Cómo lo sabes?- Preguntó Hana
-Mejor vamonos- Dijo Shiki- Perderemos el vuelo- Shiki ayudó a levantarse a Hana- Cambiate rapido, ire a la cocina a tomar algo para el viaje.
Hana rápidamente se cambio con la primera ropa limpia que encontró, se peino un poco y guardó algunas de sus más preciadas pertenencias. Se acercó a la puerta y llamó a su prima.
-¡Shiki!-
-¡Ve saliendo, ya te alcanzo!- Le contestó Shiki
Cuando Shiki ya se encontraba en el pasillo de afuera del departamento, se tomo un segundo para apreciar la vista de la ciudad que tenía gracias a estar en el tercer piso del edificio. Pero de repente pudo oír unas pesadas pisadas corriendo detrás suyo. Volteó y para su sorpreza, Shiki se avalanzaba con un cuchillo entre sus manos, apuntando directamente a Hana.

Hana se desesperó, y en un reflejo de mero instinto, se movio para evitar ser apuñalada. Shiki no pudo detenerse, y cayó del barandal hacía el duro pavimento del estacionamiento Hana se apresuro a bajar muy preocupada, pero el daño ya estaba hecho, al llegar al estacionamiento se acerco a Shiki y tomó con sus manos temblorosas su cara.
-Shiki...¿por...por qué?- Dijo Hana en lagrimas.
-Nunca... nunca... te perdonaré- Las palabras de Shiki estaban entre cortadas, y su boca estaba llena de sangre.
-¿Shiki?- Dijo Hana
-Yo... lo amaba... y tu maldita.... dejaste que se fuera. Hasta mi tía... te odia ahora.... tu nunca llegaras a ser tan importante y exitosa como él. Y sobre todo, morirás una vez que toques tierras americanas.... los demás ya te estarán buscando... tu... nunca fuiste... buena para los juegos.... cuando eras niña... Hana.

Hana, quien había permanecido callada, bajo las manos que estaban en la cara de Shiki, y tomó su cuello. Comenzó a estrangularla, cada vez mas fuerte. Shiki no pedía ayuda, solo trataba de seguir hablando con mucho esfuerzo, hasta que se calló y todo quedó en silencio. Hana reviso su muñeca. Y como lo pensaba, tenía la misma marca que ella.
Finalmente, Hana sonrio de alivio en su rostro, revisó el bolso de Shiki y tomó sus boletos y el dinero que tenía. Arrancó a correr antes de que alguien viera el cuerpo inerte de su prima. Y mientras tomaba direccion hacia el aeropuerto, susurro.
-Muy bien, que comienze el juego, Ago.

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