11 mar 2012

Paradojas de Odio


Paradojas de odio
Capitulo 3:
Las mejores cosas no son reales



La mañana transcurrió como todas al no poder entrar a la escuela decidieron ir a dar un paseo por el parque del lago. Antony y Mari se conocían desde hace mucho tiempo pero casi no se hablaban. Les resultaba incomodo desde el incidente hace 2 inviernos. Los dos caminaban sin rumbo definido por la orilla del lago.
-Dime Antony, crees que lo nuestro, hubiese funcionado si...-
-¡No! Absolutamente no, Mari- Antony volteo la mirada al lago y se detuvo a recargar en la barda.

Se quedaron callados por unos minutos, Antony no dejaba de ver el fondo del lago y Mari no despegó la vista del cielo. El aire agitaba sus cabelleras y asustaba a las hojas. Solo su zumbido rompía la tranquilidad.

-Te amo Antony- dijo en susurros Mari.

-Yo también... pero no podemos estar juntos- Antony se volteo y de su chaqueta saco una pistola. Apunto a la frente de Mari y, en un pestañeo y entre las lágrimas de su compañera, jaló el gatillo.




[Opening]http://www.youtube.com/watch?v=wMT3QXckuTM


Antony despertó bañado en su propio sudor. “Otro sueño loco” pensó. Eran 12:15pm del 15 de Noviembre del 2024. Un día después de lo sucedido en su escuela. La tarde anterior había estado al limite de desfallecer por el arduo día que tuvo que tener junto a Mari, quien decidió llevarlo de compras.

Mientras tanto.
-Ago,¿te diviertes no es así?- Dijo Juno con una sonrisa
-Yo no diría eso exactamente, Juno - Le contesto el dios desde su silla en el espacio.

Antony dejo caer la pequeña manzana que mordía, un sonido hueco resonó en toda la habitación, un sonido mas brusco interrumpió las preocupaciones de Antony. Alguien tocaba la puerta insistentemente.
-¡Antony!¡Antony! abre inmediatamente- grito una voz aguda llena de preocupación.
-¿Madre?, ¿eres tu madre?- tanteó Antony
Se dirigió hacia la puerta rápidamente, quito los 3 seguros que bloqueaban su tarea y salto a abrazar a su madre.
-Debemos irnos inmediatamente, tu abuela ya ha comprado los boletos de avión, en 45 minutos partimos hacia América, guarda tus cosas pero ya- Apresuró su madre.
-¿America? de que estas hablando madre- dijo Antony con demasiada confusión en su mente.
-Lo siento hijo pero es por tu bien- susurró por lo bajo su madre- La mujer sacó de su bolsa una pequeña franela y tapo la nariz y boca de Antony, en unos minutos el yacía inconsciente en el suelo sin saber lo que le deparaba el juego que sin saber ya había comenzado para el.

Mari se despertó, muy asustada por ver a su amado ser raptado por su propia madre. Pero lo que ella no sabía era que aquello no había sido solo un sueño.
-¡Ago!- Grito Mari- ¿Es este el poder del que me hablabas?
-Solo en parte, aun tienes que perfeccionar tus poderes mentales- Le contestó el dios- Por ahora puede que solo puedas ver otras partes del espacio-tiempo cuando estés dormida y que tu cerebro pueda generar mas conexiones entre tus neuronas.

Mari se acostó de nuevo, la duda carcomía su ser. ¿Antony estaba en peligro? ¿O fue solo su pensamiento subjetivo quien la engañó?

Elizabeth, la madre de Antony conducía nerviosamente por las calles de Frankfurt unas lágrimas salían de sus pequeños ojos azules, no podía evitar sentirse triste por su hijo, pero sabía que era lo que debía hacer, era lo único que podría salvarle la vida.

Antony iba en el asiento trasero, aun dormía por la droga que su madre le había hecho inhalar. Su mente estaba perdida en un sueño profundo.

-Detente Ago- exclamó Juno- ¿Qué se supone que estas haciendo?-
-Juno, tal parece que esto se esta saliendo un poco de control-
-¿Tu crees? Que su madre lo ataque de esa forma. Pero no parece importarte mucho. ¿Que te traes entre manos?- Juno tomó asiento
-No Juno, ella no lo esta atacando, es justamente lo contrario-
Juno solo lo vió con recelo y lo dejó solo.
-Creo que tendre que violar las reglas nuevamente- Pensó Ago.

Antony se despertó confusó, comenzó a mirar a su alrededor, un espacio extraño le rodeaba, el suelo arenoso se desquebrajaba a cada momento, Antony se acerco a la orilla del camino quebradizo y logro observar el espacio, lleno de estrellas y constelaciones, un pequeño sol se veía a la distancia, volteo su cabeza de nuevo con la esperanza de ver algo familiar. Justo al sur de donde se encontraba había una enorme silla con alguien sentado en ella, se apresuró rápidamente para verle mejor. Habiendo recorrido unos 100 metros llegó hasta el pequeño trono que se erguía ante el, una mujer bien esculturada con una gran túnica dorada y una ligera armadura azul celeste se encontraba sentada allí. Su cabello largo y blanco llegaba hasta el piso. Sus ojos rojos como la sangre brillaban por la lujuria que encerraban.
-Finalmente nos conocemos personalmente Antony- dijo la figura de apariencia divina
-Esto me recuerda a aquel sueño extraño...-penso Antony en voz alta.
-La vez en que le conociste.¿No es así? A Ago quiero decir- aventuro aquella mujer.
-¿Es esto un sueño también?- dijo Antony confundido.
-Mi nombre es Juno, la Diosa de la Casualidad Inevitable o lo que es lo mismo... el destino, ó futuro, ó karma, como quieras llamarle, no me importa- explicó Juno.- El juego ya ha comenzado Antony y si no te apresuras los demás contendientes tomaran ventaja, se harán mas poderosos y tu difícilmente podrás ganar-
-¿Juego?
-El juego que le pondrá fin a esta era de la humanidad- Contestó Juno, mientras baja y se hacía mas pequeña, y se quedaba ala par del chico- Es una pena que tu madre, se vea envuelta en esto- Dijo Juno mientras sonreía, se acercaba y le robaba un beso a Antony.

Mientras tanto Mari, se levantaba de su cuarto después de terminar su “sesión” de clarividencia. Había oído previamente el timbre, así que bajo a ver si alguien seguía allí. No encontró a nadie, pero se dio cuenta que en su buzón había una carta.
-Por fin llegaron- pensó. Al abrir el sobre pudo encontrar un boleto de la aerolinea Bremenfly. Y podía leerse el lugar de destino: Manhatan, Usa. Tomó los boletos con ambas manos y regresó a casa. Se cambió de ropa. Unos jeans azul oscuro de mezclilla, un suéter color violeta opaco, una boina roja y una larga bufanda del mismo color que hacía juego con sus zapatos. Todo perfecto para que hiciera juego con su tez blanca como la nieve, sus ojos azules y su cabellera castaña-rojiza. Salió de su y tomó camino al aeropuerto, el vuelo salia en unos minutos y no podía perdonarse el perderlo.
-Te salvaré, Antony, después de todo aun te amo- Mari se dijo así misma mientras corría aprisa aun pensando que Antony se encontraba con su madre.


[Ending] http://www.youtube.com/watch?v=m6rKxc1b3Ts

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